top of page

La importancia de la verificación parental para asociaciones y ganaderos



Con frecuencia, en determinados círculos de criadores en pureza, se oye hablar de los “análisis de filiación” sin que parezca estar muy claro en qué consisten exactamente este tipo de análisis. Éstos no son otra cosa que una verificación parental y, aunque no existe una definición muy clara de este término para el público general que no esté directamente relacionado con la investigación o la zootecnia a nivel académico, la verificación parental podría considerarse como un proceso que utiliza marcadores de ADN para excluir progenitores incorrectos de un determinado animal.


A lo largo de los años, la verificación parental ha ido cambiando sustancialmente y su evolución ha ido íntimamente ligada al desarrollo de la tecnología. Los primeros análisis, realizados en EE.UU. en los años 50, partieron de la verificación de la compatibilidad de tipos sanguíneos, de igual forma a como se hacía con los humanos. No obstante, estos análisis pronto demostraron tener una capacidad limitada pues, en ganado bovino, se descubrió que existía una mayor variabilidad de tipos sanguíneos que en humanos. A pesar de ello, esta técnica fue empleada durante décadas hasta que la investigación genética se abrió paso en los años 90.


Fue precisamente en esa década en la que surgió la tecnología de análisis de microsatélites o STR (repeticiones cortas en tándem en inglés). Esta tecnología, infinitamente más fiable que la detección de tipos sanguíneos, se basa en el conteo del número de repeticiones de una determinada secuencia genética para un alelo concreto. Por lo general se usan entre 9 y 14 microsatélites, dependiendo de la calidad de la verificación genética que se busque obtener. En el caso específico de nuestra ganadería, actualmente se usan, como mínimo, 20 marcadores.


Por último, con el nuevo siglo apareció un nuevo cambio con el desarrollo de la tecnología de polimorfismos de nucleótido único o SNP. En esta cadena, para cada alelo se determina la secuencia completa de nucleótidos, identificándolos individualmente.


Cada una de estas técnicas es más potente que la anterior y reduce los errores de verificación con respecto al sistema desarrollado hasta la fecha. No obstante, los resultados de todas ellas no son comparables ni compatibles entre sí. No puede comprobarse la filiación de un ternero analizado con SNP si los padres han sido analizados con microsatélites, por lo que a nivel de ganadería o de libro genealógico, hay que asegurar que todos los animales usan el mismo sistema para que los resultados puedan ser comparables.

En nuestro caso, a pesar de que el análisis SNP es una técnica más robusta, toda la información genética de los toros utilizados por inseminación artificial viene dada con marcadores de microsatélites, por lo que hemos optado por usar esta técnica incrementando el número de marcadores con objeto de garantizar la mayor fiabilidad posible.


Estos métodos de verificación se basan en tecnología que ha estado disponible para ganaderos y asociaciones desde hace muchos años, pero ¿cuál es la importancia real de este tipo de análisis?


La respuesta no es otra que asegurar que la información que se muestra en la carta genealógica es cierta. Y esto, que a priori parece tener poca trascendencia, tiene implicaciones muy profundas tanto para un ganadero concreto como para una asociación de criadores.


Según nos indica Robert Weaber, profesor de extensión agraria de la Universidad de Kansas, actualmente, las asociaciones de criadores realizan análisis masivos a toda la descendencia (en EE.UU.), pero en los años 90, la fiabilidad y el prestigio de los libros genealógicos dependía del número de controles aleatorios que realizaba cada asociación entre sus ganaderos. Para ello se realizaban pruebas tanto a las madres como a los terneros para determinar la veracidad de lo indicado en las cartas genealógicas y reforzar así la idea de que los certificados genealógicos emitidos por dichas asociaciones tenían una fiabilidad importante y, efectivamente, suponían una garantía de compra.


La importancia de la información genealógica no radica en el certificado en sí, sino en ser la pieza central sobre la cual pivota el registro de datos de rendimiento, el cálculo de valores estimados de cría, la evaluación de los fenotipos y la incorporación de otra información relevante para la determinación del valor genético de un animal, como por ejemplo la transmisión de enfermedades genéticas.


Así, si dos parentales tienen una información de rendimientos evaluada, a través de la heredabilidad, esta información se imputa a su descendencia. En caso de que exista una información genealógica incorrecta, esto tendría un efecto cascada que adulteraría todos los valores genéticos de la descendencia. Por tanto, el paso crítico en la cría en pureza es asegurar que la genealogía es correcta y con la tecnología disponible hoy en día, esto es posible en el 100% de los casos.


No obstante, esta tecnología no solo es útil para ganaderías de cría en pureza, sino que tiene aplicaciones muy importantes para cualquier ganadería que use monta natural en extensivo. Tal como se aprecia en la gráfica, una verificación masiva realizada entre los terneros de una ganadería permite imputar el número de hijos a cada uno de los toros que prestan servicio en la misma, identificando no solo la estructura jerárquica y social de la ganadería, sino a aquellos toros que, ya sea por baja fertilidad, lesiones, etc., no están rindiendo como deberían. Esto permitiría tomar decisiones rápidas para sustituir los toros que no están dando un número adecuado de crías o bien aquellos con caracteres no deseados que dan un número excesivo de crías.


Tal y como puede apreciarse en la gráfica, los toros 407 y 504 estarían dando un rendimiento por debajo de la media y serían firmes candidatos para abandonar la ganadería en cuestión.

Este tipo de decisiones tienen un impacto económico trascendental a nivel de ganadería, aunque a menudo pasan desapercibidas por tratarse de un lucro cesante y no de un coste directo que el ganadero vea reflejado inmediatamente en su cuenta corriente.

Pero ¿Cómo funciona el proceso de verificación parental?


Tal y como se ha indicado anteriormente, la verificación parental es un proceso excluyente. En base a un análisis genético realizado sobre la descendencia y los posibles padres, se cruza la información para cada marcador, determinando la posible compatibilidad. En el siguiente gráfico se expone un ejemplo con la tecnología SNP, pero el mecanismo sería el mismo para microsatélites o grupo sanguíneo.

Como puede observarse, el ternero tiene una determinada configuración genética para cada locus (o microsatélite, en su caso). Para los mismos Locus la madre tiene una información genética previamente conocida y compatible con todos los del hijo.

Ahora es el momento de determinar quién es el padre. Para el Locus 1, el ternero tiene como nucleótidos Adenina y Guanina. Como la Madre tiene dos Adeninas en ese Locus, no cabe otra posibilidad que la Adenina del ternero haya sido heredada por vía materna, por tanto, la Guanina ha sido heredada por vía paterna. Los tres toros candidatos tienen Guanina en el Locus A, por lo que el análisis de este Locus no es concluyente.

Para el Locus 2, el ternero tiene los nucleótidos Adenina y Guanina de nuevo, recibiendo la Adenina por vía materna nuevamente. Solo los toros que portan Guanina en este Locus podrían ser los padres, por lo que puede excluirse el toro 3.


Para el Locus 3, el ternero tiene dos Timinas, por lo que su padre, una vez descartado el Toro 3 en el paso anterior, únicamente puede ser el Toro número 2, descartando el 1.


Este funcionamiento es el que define la verificación parental como un proceso excluyente. No obstante, nótese que, si no se dispusiera de antemano de la información genética de la madre, no sería posible descartar al toro 3 como padre. Por eso es de vital importancia realizar las verificaciones parentales con los dos progenitores, con objeto de garantizar su absoluta fiabilidad.

Si una ganadería o asociación optara por realizar únicamente controles de filiación sobre un parental, las posibilidades de error serían elevadas y, por tanto, el dinero y el tiempo invertidos inútilmente también, pues no se podría garantizar la veracidad de la información genealógica.


¿Significa esto que el ganadero puede olvidarse de realizar registros internos y fiarlo todo a la verificación parental?


No. La verificación parental es, de hecho, una comprobación externa del trabajo realizado en la ganadería y de los registros que se toman en la misma. Desde el primer paso (sacar la pajuela del tanque de inseminación) hasta la venta del ternero, la verificación parental permite asegurar que todo el proceso de cría y registro se ha realizado correctamente, por lo que no tiene sentido si no se lleva un control interno de todo.


¿Cuál es la situación de la verificación parental en España en lo que se refiere al Fleckvieh?


El análisis de los datos proporcionados por la Asociación de criadores de Fleckvieh al Ministerio de Agricultura, disponibles libremente a través de la aplicación ARCA, arroja resultados poco esperanzadores. Recordemos que este es uno de los criterios que se emplea para el cálculo de la cuantiosa subvención que recibe anualmente esta entidad.

Los datos hablan por sí solos: a fecha 31 de diciembre de 2019, en el Libro Genealógico español únicamente había 39 animales sometidos a verificación parental para ambos progenitores, 96 controlados únicamente con respecto a la madre y 124 comprobados únicamente con respecto al padre. Tal y como hemos indicado anteriormente, estas verificaciones realizadas con respecto a un único parental no son completamente fiables, particularmente en el caso de animales con alto grado de parentesco (lo cual suele ser frecuente en ganaderías que usan la monta natural). Por tanto, de un total de 4.707 animales inscritos en el Registro Principal del Libro Genealógico, únicamente existe certeza total de la genealogía de 39 animales, lo que supone menos del 1% (0.83%) de los animales inscritos. Estos datos nos indican que los registros del Libro Genealógico español y, en consecuencia, sus certificados genealógicos carecen de la fiabilidad exigible para un Libro Genealógico, pues la Asociación está certificando genealogías (y pureza racial) careciendo de garantías inequívocas de veracidad.


Al contrario de lo que se esperaría de un Libro Genealógico seriamente gestionado, por un lado, la Asociación fía completamente la información genealógica a la integridad de los ganaderos asociados y por otro, no realiza controles sobre ellos en número suficiente para asegurar la veracidad de dichos datos y, cuando lo hace, generalmente no comprueba de forma irrefutable la información aportada.


Teniendo en cuenta que no pueden garantizar la veracidad de su propia información genealógica, cualquier otro esfuerzo posterior es en vano. En estas condiciones no es útil ni fiable realizar controles de rendimientos o evaluaciones morfológicas (en artículos anteriores denunciamos que estas determinaciones no se realizaban nunca) y, en consecuencia, el objetivo único y final de una asociación de criadores, que no es otro que la determinación del valor genético de los animales no es alcanzable con la actual gestión del Libro Genealógico.


Con la configuración actual, la utilidad de la asociación únicamente podría tener dos vertientes: por un lado, para los ganaderos, estaría dotada de cierto carácter lúdico, al darles una falsa sensación de seguridad al hacerles creer que sus animales forman parte de algún tipo de élite genética inexistente en la práctica. Por otro, más pragmáticamente, se crea una plataforma de captación de subvenciones que aparenta realizar un trabajo (gestión de L.G. y programa de cría) que en realidad no ejecuta siguiendo unos estándares mínimos de calidad, tejiendo una red clientelar en torno a esa supuesta gestión con ganaderos que pretenden aprovechar una situación favorable a ellos dentro de la asociación pero que en realidad son utilizados por ésta para perpetuar la corrupción del sistema.


A la vista de lo expuesto, dado el prácticamente nulo nivel de control que se ejecuta sobre la información registrada en el libro genealógico, recomendamos no comprar animales con certificados genealógicos emitidos por la Asociación española de Fleckvieh si no van acompañados de un certificado independiente de verificación parental para ambos progenitores. en ausencia de este análisis independiente de verificación parental, no puede garantizarse, de forma inequívoca, ni la genealogía ni la pureza racial del animal.


Recordamos que, por el contrario, en nuestra ganadería se realizan análisis de verificación parental para ambos progenitores de forma sistemática a la totalidad de los animales de la explotación. De esta forma, la información expuesta en la carta genealógica queda auditada y verificada por análisis realizados en laboratorios públicos e independientes. De esta forma, a día de hoy, nuestra ganadería cuenta con más animales con análisis de verificación para ambos progenitores que el Libro Genealógico de la raza Fleckvieh para toda España.


En la galería puede observarse una de las nodrizas de nuestra explotación con su genealogía contrastada por verificación parental con ambos progenitores (en las fotos).



Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page